Ecos de un año extraordinario
Introducción al boletín 161
En el año 2016 han confluido muchos eventos significativos para la vida religiosa y para la UISG: la clausura del Año de la vida consagrada, el Año Santo de la Misericordia, la celebración de los 50 años de fundación de la UISG, la XX Asamblea Plenaria (Roma, 9-13 mayo 2016) sobre el tema “Tejiendo la Solidaridad Global para la Vida – Para que tengan vida en abundancia”.
En este número del Boletín, el último del 2016, hemos querido recoger algunos ecos de estos acontecimientos para que la gracia que nos han regalado se consolide en nuestra vida y nos acompañe en el camino de fe durante los próximos años.
Abrimos el boletín con el testimonio que seis jóvenes religiosas han ofrecido a la Asamblea Plenaria de la UISG; procedentes de países, culturas y congregaciones diversas han respondido a la pregunta: ¿Qué me atrae de la vida religiosa, ahora y para el futuro? Es interesante captar en sus respuestas las motivaciones, las expectativas y las esperanzas de las jóvenes consagradas para el presente y para el futuro de la vida consagrada.
Un momento inolvidable de la Plenaria ha sido la Audiencia con el Papa Francisco, en el Aula Pablo VI, en el Vaticano. Un encuentro gozoso y fraterno, un diálogo fructífero del cual transcribimos el texto con el corazón todavía repleto de gratitud al recordar la presencia del Santo Padre entre nosotras.
Y también el Papa Francisco es el centro del artículo del P. Bruno Secondin que, con delicada habilidad, explora y describe “el efecto Francisco” a partir del estilo, del lenguaje, del proyecto eclesial de este Papa “con el corazón en las periferias”, que continuamente nos sorprende y nos señala nuevos horizontes y nuevas fronteras hacia las que dirigir nuestra misión de consagradas.
El compromiso que, como consagradas, hemos tomado juntas durante la Asamblea Plenaria, es el de tejer una Solidaridad Global para la Vida. La solidaridad global pasa también a través de la solidaridad intercongregacional. De esto nos habla el Hno. Paulo Dullius en su artículo. La intercongregacionalidad, concretamente, es la alianza que desde hace algunos años se establece entre diversas congregaciones, pero también entre las congregaciones y los laicos. Esta alianza pone la misión común en el centro. La intercongregacionalidad es ante todo la solidaridad que fluye en la misión.
Nuestra vida es una vida entregada al seguimiento de Cristo para que el Reino de Dios se convierta en una realidad cotidiana. Pero el Reino de Dios es un tesoro escondido, una semilla que germina en la oscuridad de la tierra… se ve con los ojos del corazón. Para poder ver el Reino de Dios que crece, debemos educar el corazón a la oración y al silencio. Es este el tema del artículo del P. Carlos del Valle, que con gran sabiduría nos guía a través de las profundidades del silencio y de la oración, que juntas crean en nosotras aquella soledad habitada, aquella interioridad profunda, que nos permite una comunicación más intensa con los seres humanos y con Dios.
Info: bollettino@uisg.org