Junta Directiva de la CLAR y Congregaciones con comunidades en los países de Latinoamérica y Caribe. Junta Directiva de la CLAR nombrada en junio de 2015, por tres años, en el Congreso de Bogotá.
Cada dos años vienen a Roma con el objetivo de estrechar los lazos de comunión desde la Conferencia Latinoamérica y Caribeña. Es además un modo de enriquecerse mutuamente y un camino de comunión.
El Año de la VC ha sido de gran vitalidad y es un motor para seguir adelante; como se ha dicho, ahora empezamos el trabajo después de tantas motivaciones.
En un primer momento se explica el Congreso realizado en junio de 2015. Este es calificado de un momento de gracia para la vida religiosa, en el cual la numerosa participación desbordaba de alegría y entusiasmo. De la síntesis presentada sobre la Vida Religiosa destacamos las siguientes ideas:
- Que sea más humanizada y humanizadora. Amar según el Evangelio
- Que sea “experta en comunión” frente una sociedad desintegradora
- Que cuide la Creación
- Que sea creíble por su pobreza e inserción solidarias
- Que promueva un modelo de Iglesia dialogante y “circular”
- Que trabaje formas de intercongregacionalidad e interculturalidad…
En la reunión se explicó la reflexión promovida desde las nuevas generaciones en el que destacó la expresión: “Hay que hacer que pase, hay que hacer que sea posible que pase, hay que hacer que acontezca” esa vida nueva.
Del Congreso se rescataron clamores, convicciones y compromisos. El material había sido trabajo anteriormente en los precongresos y Conferencias a través de la participación y envío del material “Escuchemos a Dios donde la vida clama” a las religiosas y los religiosos. Todo ello supuso un horizonte inspirador que redibuja un futuro al que queremos llegar con unas temáticas, orientaciones y objetivos concretos. La formulación plástica –icono inspirador- es un texto bíblico: la imagen de la Visitación de María a su prima Isabel, del cual se señala la idea de “salir” al “encuentro”, es decir, la Iglesia en salida al encuentro de la vida necesitada. También la vida religiosa que sale al encuentro de las nuevas generaciones. El texto toca el corazón y genera los procesos: salgamos aprisa al encuentro de la vida. Este icono está en continuidad con el anterior, el de Betania.
Su significado se explicó ampliamente indicando que esta vida también está en nuestras propias comunidades donde hay que establecer nuevas relaciones para encontrar la nueva vida que hay dentro. La palabra es eje de nuestra vida, centralidad de Cristo que pide ser encarnada. Se citó también el magisterio del Papa Francisco del cual la Iglesia Latinoamericana y caribeña se siente muy en sintonía, y vibra con sus indicaciones que comparte plenamente: “nos conforma la ciudadanía de los pobres”.
El Congreso se celebró marcado por varias circunstancias, junio de 2015:
- La reciente beatificación de monseñor Óscar Romero
- Publicación de Laudato Si
- A la mitad del Año de la Vida Consagrada
Todos ellos elementos que enriquecieron las reflexiones (estas se encuentra publicadas en el libro Memorias del Congreso y en los números 3 y 4 de 2015, y 1 de 2016 de la revista CLAR).
Seguidamente se abrió el diálogo con la intervención de los asistentes. Las cuestiones abarcaron varios temas:
- La situación de violencia en muchos países de la zona
- Las nuevas generaciones
- La vida comunitaria
- Los problemas de interculturalidad
- Los proyectos intercongregacionales, su riqueza y su dificultad
Se señaló que el Evangelio es nuestro vínculo y en él se debería poner el acento. La necesidad de apertura para acoger la riqueza, de dejarse tocar por el amor, que no vayamos al encuentro y no queramos cambiar al otro.
Se habló también de los noviciados intercongregacionales. En cuanto a los proyectos, se señaló la necesidad de revisar los paradigmas mentales.
Hna. Anna Sánchez Boira (UISG Staff)